Llegas,
... cabalgando un horizonte
de momentos hilvanados
cosidos en las noches
al hueco de las manos,
piel con piel
besos susurrados.
... como agua de mar,
para lavarme, para curarme
con tu sal de aire,
con risas envueltas en mareas
pleamares del presente
que imaginamos.
... para borrar, con fuerza herculea
las huellas de mis pies,
sobre la arena del pasado
entre susurros de oleajes
y cantos de sirenas
siento el letargo.
Llegas, con voz de mago.
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Hércules mortal a trozos, de celestial procedencia y por eso su lugar privilegiado en la leyenda... A cambio, cumpliendo penitencias... ¿El transfondo de la historia? Más de lo mismo... Toda su fuerza fiada al bien hacer de doña bendita paciencia... Viento del Norte gélido, cómo Heracles, paciente, cruel... Mensajero divino, como el amor clandestino.
ResponderEliminar... Pero llega y la magia de su voz borra las huellas de antaño prisioneras en la arena.
ResponderEliminarNo dejes que nunca se apague el susurro de sus ecos.
Hermoso, Esperanza.
Un beso
sencillamente, bello, muy bello...
ResponderEliminarun abrazo
Pleamar que susurras
ResponderEliminarpleamar :Tú, que llenas
con tus odas.
despertando al mundo del letargo
con tu susurro de sirena
¡Bonito!
Un beso
Gracias por la belleza que regalan tus versos y un gracias muy especial por tu comentario en poetas anónimos. en verdad me honras con tus palabras, sobre todo viniendo de una poetiza de tu nivel...
ResponderEliminarAbrazos, Ariel.
Magistral poema! Gran recurso de imágenes, impecable musicalidad y maravilloso contenido.¡Felicitaciones! Me encantó descubrirte. Un abrazo.
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