martes, 31 de agosto de 2010

Si te paras

Si te paras...

... Sentirás al despertar,
que el sol te invita
a ver la aurora...

... Que en tu interior,
se duplicaron, cuando dormías
las estrellas...

... Que el caminar,
no existen riesgos,
y se convierten en retos,
los problemas...

... Que te eligen las palabras
más sencillas,
y cada día, con el ocaso,
te reinventas...

... Tu corazón
se hará libre...
... Serás un fuerte
eslabón de la cadena...
... Abrazarás la vida,
mientras vuelas.

Para Montse, que ha sabido siempre
transmitirme su amor.

sábado, 28 de agosto de 2010

Aprendiendo a Meditar

Ya he contado, anteriormente en este blog, que estoy aprendiendo a meditar. Aún hace muy poco, pero he empezado a sentir los beneficios de esta práctica y quiero contaroslo por si os arrojase alguna luz.

Sé que existen muchos y maravillosos métodos, pero yo utilizo éste, que no se muy bien de donde ha salido, supongo que estaba en mi subconsciente, leído por ahí, tal vez en alguno de vuestros blogs,o en tantos libros de autoayuda, o lo he oído contar o ya venía conmigo cuando nací. Siento que permití que llegara a la conciencia cuando estaba preparada para ponerlo en prática.

Desde mayo, camino por la playa a mediodía, en el tiempo de descanso del trabajo.

Una noche, conversando con Dani, hablabamos sobre las relaciones y él me comentó "Para ganar en las relaciones tienes que perder algo de tí en cada una de ellas.

La mañana que quiero relataros, yo pensaba en esto mientras caminaba por la arena, sintiendo miles de conchas crujir bajo mis pies. Sin darme cuenta empecé a repetir esta cantinela (mantra) sin proponermelo: perder algo/para ganar, perder algo/ para ganar, relacionarme bien/con los demas, relacionarme bien/con los demás... cada dos palabras daba un paso. Mi caminar entonces se volvió más enérgico, sentí que mis pisadas se reafirmaban sobre la arena con determinación, con más energía cada vez.

Suelo caminar veinte minutos y dedicar los cinco posteriores a meditar de pie, con los ojos abiertos mirando al mar, sintiendo la brisa y el sonido de las olas y el de un pequeño riachuelo que desemboca allí mismo.

Y entonces sucedió, una sensación tan maravillosa..., que no acierto a comparar con nada, tal vez se asemeje a la de tener a mis hijos en brazos por primera vez, el día de su nacimiento. Algo surgió de mi interior o despertó o lo alcanzó. Me sentí parte de la naturaleza, perfecta parte del universo, puro amor.

Sólo sucedió esa vez, espero que el Universo quiera volver a bendecirme algún día con algo semejante, es como sentir la felicidad total, como sentir el Dios interior.

He estado tan ocupada, adaptándome al nuevo trabajo, cuidando de los niños, deshaciendo nudos que me retuercen las tripas, sintiendo lástima de mi soledad, vagueando, intelectualizandolo todo, controlando mi entorno, negandome sentimientos, escondiéndome de mí y de los demás, castigándome, castigando, aferrada a sufrir; en definitiva, que no me acordé de volver a practicarlo.

Ahora estoy de vacaciones y voy a caminar temprano. No sé cómo, he retomado ese tipo de meditación, caminando. Creando este mantra que os reproduzco.

Caminar sola/sentir silencio, caminar sola/enfrentar el miedo, caminar sola/sanar mi cuerpo, sentir las alas/sentir silencio, sentir silencio/buscar la esencia, sentir silencio/ir al encuentro, sentir silencio/ ir al encuentro, del amor que busco/en el universo, sentir silencio/sentir silencio.

La sensación de serenidad y bienestar que me acompaña estos días es indescriptible. Os dejo esta reflexion deseando sea un haz de luz evanescente que ilumine vuestra mirada. Gracias por tantos que me dejais en vuestras páginas cada día.

Gracias Dani (karulkalara)por tu Luz, por ayudarme a desear tener alas.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Vuelvo a soñar ante un café

martes 30 de junio de 2009
Soñar en un café
Saboreo un café juntos.
Removiendo lentamente, se diluye el corazón. ¿Encontraré el sentido del amor? Diluirse hasta extinguirse y volver a resurgir. ¿Volver a hacerse denso, es el principio? ¿Acabar por diluirse como fin?
Me dices: - Pon el corazón en lo que haces.
- No es fácil te contesto. Será que me puede la razón.
- Déjate llevar por los sentidos. Escucha bien. Pon atención.
Sonriendo levemente, se abrazan nuestras manos. Una inmensa ola ahora nos mueve. ¡Ya te siento y ya soy yo!
- ¿Quién dices que eres?
- Una voz que te llama en la distancia.
- ¿Qué quieres?
- Ayudar a que brille tu mirada.
- ¿Adonde vas?
- Me dirijo hacia mí misma, transformada en ninfa, amiga de las hadas.
- ¿Qué sabes?
- Sé que me enseñaste que amar es atender, ayudar a otros a ser y estar mejor.
Soy aquella que se funde en los silencios y te ama.
La que no puede evitar pensar en el ayer y en el mañana. Tal vez porque miré adentro y sentí que desde siempre ahí estabas. Y sentí la dicha de brillar al contemplarte y el placer de imaginar que mis palabras, te apartan para siempre de la nada.
Soy mujer, al desear sentir tus manos en mis sienes, resbalando lentamente por mi cara y por mi cuello deslizarse; derramar se por mis hombros, por el pecho y por mi espalda.
Sé que es un error pensar en el futuro, solo tengo hoy, esta noche, sin mañanas.
Pero cierro los ojos, y me asaltan mil preguntas aplazadas. ¿Deseas sentir el encuentro de dos almas? ¿Sabes que fue destino y no azar, aquél que nos unió?
¡Ojalá que mi mirada y mis versos te acompañen y te alejen el dolor!
¡Ojalá te encuentre y me encuentres, e inventemos un rincón, donde ser quietud y sentir la levedad del corazón¡ ¡Ser luz, sentir paz y vida renovada!

miércoles, 4 de agosto de 2010

No, decididamente no te necesito,
pero mis ojos esperan un susurro de tus manos,
mis manos ansían sorprender tu voz de mago,
que se quiebre tu garganta al sostenerte,
el bastón con que afianzas, tantos pasos.

No me haces falta,
pero mi pecho se agranda al evocarte,
deseando recogerte las lágrimas y el llanto,
unirlas con las mias, y al juntarlas
construirnos un lago de presentes,
sin pensar en bañarnos al ocaso.

No añoro nada,
pero a veces, sorprende mi sueño
un aroma, un tono de voz, una mirada,
un abrazo devolviendo una caricia.
Puedo vivir sin tí, pero mejor lo hago
Si sonríes a mi lado.