sábado, 28 de agosto de 2010

Aprendiendo a Meditar

Ya he contado, anteriormente en este blog, que estoy aprendiendo a meditar. Aún hace muy poco, pero he empezado a sentir los beneficios de esta práctica y quiero contaroslo por si os arrojase alguna luz.

Sé que existen muchos y maravillosos métodos, pero yo utilizo éste, que no se muy bien de donde ha salido, supongo que estaba en mi subconsciente, leído por ahí, tal vez en alguno de vuestros blogs,o en tantos libros de autoayuda, o lo he oído contar o ya venía conmigo cuando nací. Siento que permití que llegara a la conciencia cuando estaba preparada para ponerlo en prática.

Desde mayo, camino por la playa a mediodía, en el tiempo de descanso del trabajo.

Una noche, conversando con Dani, hablabamos sobre las relaciones y él me comentó "Para ganar en las relaciones tienes que perder algo de tí en cada una de ellas.

La mañana que quiero relataros, yo pensaba en esto mientras caminaba por la arena, sintiendo miles de conchas crujir bajo mis pies. Sin darme cuenta empecé a repetir esta cantinela (mantra) sin proponermelo: perder algo/para ganar, perder algo/ para ganar, relacionarme bien/con los demas, relacionarme bien/con los demás... cada dos palabras daba un paso. Mi caminar entonces se volvió más enérgico, sentí que mis pisadas se reafirmaban sobre la arena con determinación, con más energía cada vez.

Suelo caminar veinte minutos y dedicar los cinco posteriores a meditar de pie, con los ojos abiertos mirando al mar, sintiendo la brisa y el sonido de las olas y el de un pequeño riachuelo que desemboca allí mismo.

Y entonces sucedió, una sensación tan maravillosa..., que no acierto a comparar con nada, tal vez se asemeje a la de tener a mis hijos en brazos por primera vez, el día de su nacimiento. Algo surgió de mi interior o despertó o lo alcanzó. Me sentí parte de la naturaleza, perfecta parte del universo, puro amor.

Sólo sucedió esa vez, espero que el Universo quiera volver a bendecirme algún día con algo semejante, es como sentir la felicidad total, como sentir el Dios interior.

He estado tan ocupada, adaptándome al nuevo trabajo, cuidando de los niños, deshaciendo nudos que me retuercen las tripas, sintiendo lástima de mi soledad, vagueando, intelectualizandolo todo, controlando mi entorno, negandome sentimientos, escondiéndome de mí y de los demás, castigándome, castigando, aferrada a sufrir; en definitiva, que no me acordé de volver a practicarlo.

Ahora estoy de vacaciones y voy a caminar temprano. No sé cómo, he retomado ese tipo de meditación, caminando. Creando este mantra que os reproduzco.

Caminar sola/sentir silencio, caminar sola/enfrentar el miedo, caminar sola/sanar mi cuerpo, sentir las alas/sentir silencio, sentir silencio/buscar la esencia, sentir silencio/ir al encuentro, sentir silencio/ ir al encuentro, del amor que busco/en el universo, sentir silencio/sentir silencio.

La sensación de serenidad y bienestar que me acompaña estos días es indescriptible. Os dejo esta reflexion deseando sea un haz de luz evanescente que ilumine vuestra mirada. Gracias por tantos que me dejais en vuestras páginas cada día.

Gracias Dani (karulkalara)por tu Luz, por ayudarme a desear tener alas.

3 comentarios:

  1. Eso que describes deberiamos hacerlo todo el mundo.
    Maravillo verdad?
    Lástima que resulte difícil de conseguir esas sensaciones.
    Estoy seguro que éramos como esa experiencia que tuviste a pie de playa. Pero está loca sociedad y el empeño que ponemos en alejarnos de la naturaleza y de nuestro yo interior, ha hceho que olvidemos el verdadero sentido de esta vida y lo realmente importante que somos.
    Sí, puro amor.
    Sí, pura energia.
    Latidos, emociones, respiraciones....
    Silencio, generosidad, pasiones..

    Me ha encantado tu post.
    Estoy caminando por tu terreno.
    Sí, ese de la playa.
    O por lo menos, lo intento.
    Un beso y no dejes de hacer esas cosas.

    ResponderEliminar
  2. ¿Y sin embargo aquí lo titulas? Sin título, mucho mejor (jejeje)

    ResponderEliminar
  3. Precioso texto. Me alegro de que hayas conseguido esa maravillosa comunión con la naturaleza.
    Sólo es posible si tu alma está en paz y serena, así que lo volverás a conseguir.
    Un beso Pilar.

    ResponderEliminar